viernes, 25 de mayo de 2007

Salvar al Planeta, última chance


El economista americano, Jeremy Rifkn, dio una entrevista a un periodista de la revista de Santa Antonio, en la edición de marzo, donde expresó su preocupción sobre el excesivo consumo de los recursos naturales.
En ese encuentro, señaló que la temperatura terrestre en los próximos años será de 3 grados centígrados, y llevará de esta manera al planeta, a las condiciones de tres millones de años trás.Esto lo adjudica a los cambios climáticos que se están produciendo más rápido de lo previsto. Sin embargo, sus declaraciones llegaron después de otro dato de la Comisión Europea,que sobre la base de un informe, dijo que el calentamiento global puede presentarse en el Viejo Continente, en aproximadamente 70 años.

Dos escenarios para una cuestión caliente

El estudio de la Union Europea, elaborado con la ayuda de algunos satélites, prevee dos posibles escenarios: en el mejor de los casos, el aumento de la temperatura terrestre que al 2070-2080 sería de 2,2 grados centígrados; en el peor de los casos , de 3 grados. La diferencia de menos de un grado parece irrisoria, pero se convertirá en desvastadora. Ya en el 2020, en el primero de los casos, los gastos para afrontar los daños ocasionados sobre las costas serían de 4 millones y medio, en el segundo se elevarían a 6 millones, y crecerían a 42 millones en el 2080.
Pero no sólo el hombre sufrirá las consecuencias, sino que el suelo reducirá su fertibilidad, habrá incendios, y la flora y fauna de determinadas áreas morirán. Por otro lado, las aguas marinas se levantarán hasta 1 metro por sobre el nivel del mar.
Expertos ambientalistas advierten que, en el 2025, 63 millones de personas en la cuenca del Mediterráneo no tendrán agua suficiente. Por último, un estudio que realizó a cabo el Concilio Nacional de la Riqueza (CNR) planteó, un futuro rojo-fuego con repecto a las mediciones actuales: lluvias más violentas , más abundantes y una treintena de áreas costeras estarán expuestas al riesgo de inundaciones.
Las señales de alarma ya se observaron. Basta mencionar al huracán Kyrill que meses atrás golpeó a diversos países europeos, con continuas lluvias y ráfagas de viento hasta 225 kilómetros por hora, uno de los más fuertes de los veinte años, una consecuencia del efecto invernadero.

Los glaciares desaparecen


Con relación a los glaciares, los expertos de China informaron,que los del Qjnghai, en Tibet, se redujeron a 130 kilómetros cuadrados, lo que significa que pierden cada año 53 kilómetros cuadrados. En la región de Africa Ecuatorial, los de Ruwenzori se ha reducidos a la mitad, porque de 6 kilómetros cuadrados y medio de un siglo atrás, hoy son, apenas 1 kilómetro.
Los de Groenlandia se derriten a una velocidad doble, comparados a 10 años atrás.
En el Polo Norte, los casquetes de los hielos se han retirado a 260 kilómetros al norte de la costa de Alaska. Y, los Alpes italianos, desde el año 1900 a hoy, los hielos han perdido el 40 por ciento de su masa.
¿Se puede hacer algo para frenar esta catástrofe?Rifkin sostiene que se puede invertir la tendencia, pero hay que comenzar a trabajar, y reducir por ejemplo, el 20 por ciento del anhidrido carbónico, y utlizar energía renovable de la energía consumada.¿De que cosa se trata? De fuentes alternativas: que a diferencia del petróleo o del carbón no se consumen para siempre, pero se reproducen. Este es el caso , por ejemplo de la energía hidroeléctrica, la que se obtiene usufructuando la caída del agua la cual va a a limentar a las máquinas motoras de las turbinas de ríos y lagos, como en Estados Unidos, Canadá e Italia. En la actualidad, la utilización de este método abastece a una quinta parte de la producción mundial.
Otra medios alternativos son, la energía eólica, que se obtiene del viento a través de turbinas(actualmente en todo el mundo hay 55 mil) que accionan gigantescas paletas(la versión moderna de los molinos de viento); y la energía solar, tomada del del sol y trasmitida a la Terra bajo la forma de radiación electromagnética, y se utiliza para calentar las casas y para porducir agua caliente.
Del uso de las fuentes alternativas, depende de los habitantes del Planeta para evitar la destrucción de su lugar de vida.

Nota y traducción: Marisa Bisceglia

Fuente: Revista italiana Santa Antonio

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