En veinte años de actividad, Childline, la línea que escucha a los menores, ha ayudado alrededor de dos millones de chicos, entre 3 y 17 años. Un suceso enorme a pesar de la falta de fondos que impiden responder todas las llamadas telefónicas.
La responsable del área de Londres y del sudeste inglés, Kostadinka Grossmith, al hablarnos de esta organización para la que trabaja desde 1994, dijo:”Recibimos un promedio de 4.500 llamadas al día, pero podemos responder solamente a la mitad, a pesar de que contamos con una basta red de voluntarios en los 11 centros distribuidos en todo el país. Los niños que llaman tienen entre 12 y 15 años, pueden contar con el derecho al anonimato, aunque en los casos más graves, la operadora trata de darles una ayuda concreta, o ganarse su confianza con el fin de orientarlos hacia la persona indicada".
“Ellos en general, dice Grossmith, telefonean para denunciar apremios de los compañeros en la escuela, pero también para confesar los problemas que tienen con la familia, ya sea por maltrato, entre otras cosas. Otras veces solamente lo hacen para hablar de sus miedos, como puede ser la proximidad de los exámenes".
Uno de los problemas que preocupan a la juventud inglesa son los embarazos en las adolescentes y la separación de sus padres.”Sí, pero no debemos generalizar,varias organizaciones en Europa nos informan esto, pero ocurre en todo los países. Los sentimientos de un niño son similares a la de los adultos, y ellos se reflejan en nuestra sociedad a través del stress de los padres, su separación,y la falta de objetivos fijos”, expresa Kostadinka.
Por otro lado, una reciente estadística hecha por los británicos, dio como resultado que 700 mil niños menores de 17 años admitieron consumir regularmente psicofármacos para sobrellevar estas situaciones.
Childline recibió en 2005, una importante donación de la comunidad italiana que permitió ayudar a 7.745 niños, y “esperamos que esto sea un ejemplo para otras", concluyó Grossmith.
Fuente: Revista de Santa Antonio
Traducción: Marisa Bisceglia
La responsable del área de Londres y del sudeste inglés, Kostadinka Grossmith, al hablarnos de esta organización para la que trabaja desde 1994, dijo:”Recibimos un promedio de 4.500 llamadas al día, pero podemos responder solamente a la mitad, a pesar de que contamos con una basta red de voluntarios en los 11 centros distribuidos en todo el país. Los niños que llaman tienen entre 12 y 15 años, pueden contar con el derecho al anonimato, aunque en los casos más graves, la operadora trata de darles una ayuda concreta, o ganarse su confianza con el fin de orientarlos hacia la persona indicada".
“Ellos en general, dice Grossmith, telefonean para denunciar apremios de los compañeros en la escuela, pero también para confesar los problemas que tienen con la familia, ya sea por maltrato, entre otras cosas. Otras veces solamente lo hacen para hablar de sus miedos, como puede ser la proximidad de los exámenes".
Uno de los problemas que preocupan a la juventud inglesa son los embarazos en las adolescentes y la separación de sus padres.”Sí, pero no debemos generalizar,varias organizaciones en Europa nos informan esto, pero ocurre en todo los países. Los sentimientos de un niño son similares a la de los adultos, y ellos se reflejan en nuestra sociedad a través del stress de los padres, su separación,y la falta de objetivos fijos”, expresa Kostadinka.
Por otro lado, una reciente estadística hecha por los británicos, dio como resultado que 700 mil niños menores de 17 años admitieron consumir regularmente psicofármacos para sobrellevar estas situaciones.
Childline recibió en 2005, una importante donación de la comunidad italiana que permitió ayudar a 7.745 niños, y “esperamos que esto sea un ejemplo para otras", concluyó Grossmith.
Fuente: Revista de Santa Antonio
Traducción: Marisa Bisceglia
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