
Durante más de dos horas, más de 20 millones de franceses se sentaron ansiosamente frente sus televisores para ver la contienda mediática entre Nicolás Sarkozy y Ségolene Royal, ante la incisiva mirada de los periodistas estrellas, Patrick Poivre d´Arvor y Arlette Chabot.
Según gran parte de los medios y analistas políticos de la France, sostuvieron la victoria de la candidata socialista frente a un desconocido y mesurado representante de la UMP. La atildada Sególene se mostró segura y conocedora de todos los temas abordados tratando de seducir a los votantes gaullistas y centristas.
La estrategia se había iniciado con el diálogo anterior entablado con Francois Bayrou, en su intento por mostrar las coincidencias comunes con el tercero en discordia. Quizás la reciente manifestación de éste último sobre su decisión de no votar a Sarkozy sea el primer resultado de la misma.
Los principales ejes de discusión lo constituyeron la inseguridad y la economía, pero no estuvieron ausentes las problemáticas del fenómeno inmigratorio o la conveniencia o no de mantener las 35 horas semanales laborables tan arraigadas en esa comarca del primer mundo. Ahora sólo resta esperar la hora de la verdad, y ver hasta donde confluyen los sondeos previos y las participaciones mediáticas con la fuerza de las urnas.
Según gran parte de los medios y analistas políticos de la France, sostuvieron la victoria de la candidata socialista frente a un desconocido y mesurado representante de la UMP. La atildada Sególene se mostró segura y conocedora de todos los temas abordados tratando de seducir a los votantes gaullistas y centristas.
La estrategia se había iniciado con el diálogo anterior entablado con Francois Bayrou, en su intento por mostrar las coincidencias comunes con el tercero en discordia. Quizás la reciente manifestación de éste último sobre su decisión de no votar a Sarkozy sea el primer resultado de la misma.
Los principales ejes de discusión lo constituyeron la inseguridad y la economía, pero no estuvieron ausentes las problemáticas del fenómeno inmigratorio o la conveniencia o no de mantener las 35 horas semanales laborables tan arraigadas en esa comarca del primer mundo. Ahora sólo resta esperar la hora de la verdad, y ver hasta donde confluyen los sondeos previos y las participaciones mediáticas con la fuerza de las urnas.
Lic. Gustavo Schweitzer
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